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Existen empresas e instituciones que consideran que su actividad pierde sentido si el acceso a ella está restringido. Un caso es el de la Cofradía de la Merced, una asociación civil sin fines de lucro que brinda múltiples servicios y desde comienzos del siglo pasado cuenta con un edificio emblemático en la calle Alvear reconvertido en Centro Cultural. Por allí pasan unas 400 personas por semana, el 40 por ciento adultos mayores, y el 20 por ciento de este flujo está compuesto por discapacitados, afirma Rubén Gill, mayordomo de la institución, una figura tan antigua como el edificio, que equivale al rol de presidente de la entidad.

A partir de 2011, y por espacio de tres años, se encararon obras orientadas a garantizar la accesibilidad de la infraestructura y las prestaciones, que incluyen actividades culturales. Entre otras remodelaciones, se instaló un elevador hidráulico en el ingreso, se colocaron barandas en algunas paredes, se modificó uno de los baños para permitir el uso de discapacitados y se puso solución a los desniveles.

“Siempre estuvo en nuestro ánimo abrir un centro cultural con características mucho más sociales, mucho más amables. La idea no era dar clases, sino enfocarnos más en el trabajo comunitario y grupal”, cuenta Gill. La asociación también trabaja con otras entidades, como Apadim y el Ministerio de Justicia (que está al frente) e incluye el objetivo de reinserción de personas que pasaron por situación de encierro. “Para eso tuvimos que hacer una gran inversión, pero no sólo económica, sino también de resignación de espacios, para hacerlos más amigables”, precisa Gill.

La Cofradía también edificó un hogar en Villa Rivera Indarte, que entre otras facilidades cuenta con huertas en altura, que permite que trabajen en ella personas con dificultades para agacharse.

Otro ejemplo de implementación de proyectos para universalizar el acceso es Arcor.

La empresa alimenticia cordobesa informó que, en el marco de su política de sustentabilidad, se comprometió a promover prácticas que contribuyan con la inclusión y diversidad en el ámbito laboral y, en ese plan, este año avanzó con el proyecto de inclusión de personas con discapacidad.

Programa

“El Programa de Inclusión de Personas con Discapacidad se desarrolla a partir de un proceso sistematizado que incluye un relevamiento del puesto de trabajo y la planta para asegurar la accesibilidad a los mismos, la formación y sensibilización al área de Recursos Humanos y al jefe y equipo donde la persona desarrollará sus tareas; y acciones conjuntas con organizaciones especializadas de la zona”, precisaron desde la compañía.

Añadieron que, desde su inicio, se realizaron más de 20 actividades de sensibilización, dictadas por la organización no gubernamental La Usina en las plantas y edificios corporativos, con más de 500 personas formadas. Y añadieron que “se efectuaron relevamientos de accesibilidad en 20 plantas y edificios corporativos”. “En la actualidad, 131 colaboradores se desempeñan en diferentes puestos de trabajo en Argentina, Brasil y Chile”, concluyó la empresa.

Nota de La Voz