Semana Santa 2015

2015-04-01

Semana Santa:
Es un buen momento para pensar, meditar y reflexionar sobre el pasado, presente y el futuro de nuestra vida, los hijos/as, esposas/os, en fin, nuestra familia, nuestra sociedad. Es hora de renovar nuestra fe y que esto nos conduzca hacia el camino de la reconciliación con todos nuestros hermanos, en la búsqueda de un porvenir mejor, olvidando la guerra, la discordia, las confrontaciones, Dios nos dice en su palabra que ÉL es el principio y el fin.

En esta fecha en que se celebra la muerte, crucifixión y resurrección del Señor Jesucristo, es propicia también para olvidar desavenencias y resquemores, y que todos, como hermanos cristianos, nos dediquemos a la meditación para buscar soluciones viables en el campo de la vida política y económica de nuestra sociedad. La Cuaresma es la oportunidad de mirar a nuestras vidas, encontrar las zonas desérticas y crecer en las esperanzas de que el desierto pueda florecer.

La Cuaresma es tu tiempo con Dios. Tiempo para desnudarte de tus afanes, de revisar tu vida, de adquirir el equilibrio cristiano, de rehabilitarte con fuerza y el optimismo de Dios. Es el camino a la Pascua de Liberación con Cristo. La Cuaresma es tu tiempo con tu Dios. Aprovecha en estos momentos en que el fuerte llama a la guerra, tu rezar por la paz.

La vida del materialismo consumista nos ha llevado a menospreciar los valores del Reino, a disociar la fe de la vida, a olvidar que el hombre no vive solo de pan sino también de la palabra de Dios. En el fondo es la lucha del “ser” sobre el “tener”.

El “tener” nos lleva a la insolidaridad que se niega a compartir, nos convierte en limosneros en lugar de ser promotores del reparto de bienes y desarrolladores de dones y carisma. Nos lleva a la frustración existencial ante las nuevas necesidades creadas artificialmente. El “tener” subordina los bienes al hombre. Nos lleva a la desintegración total de nuestra existencia.

El “ser” es fundamentarse en la acción de Dios que nos crió. Básicamente es vivir en amor. Acercarse al hermano para extenderle una mano en su necesidad. Es considerar al otro, no como objeto de explotación sino como parte del proyecto de Dios y ese proyecto será incompleto si no uno mi “ser” al “ser” de mi hermano como realidad inseparable de mi existencia.

La cuaresma es tu tiempo para conocer el proyecto de Dios Padre quien en Cristo “transforma nuestra condición humilde según el modelo de su condición divina” por eso la cuaresma es tiempo de gracia para hacer un alto en el camino y preguntarse a donde voy y con quien camino. La oración es tu fuerza liberadora. Ahí escucharás las palabras del Señor, “si alguno quiere venir en pos de mi, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y que me siga… Quien pierde su vida por mi, la salvará’ (Lc.9, 23).

Los apóstoles, antes de la pasión del Señor, seguían a Jesús, por su fe, creencia, solidaridad y compañerismo. Tu oración ha de ser un encuentro Pascual con tu Padre. Orar no es hablar de Dios sino hablar con Dios. Alábalo y glorifícalo y pídele que sepamos recibir sus bendiciones. Tu oración principal será el participar en la Santa Misa. Escucha la palabra y luego comulga con la palabra.

Para poder orar con confianza, confiesa tus pecados en el sacramento de la Reconciliación o Confesión. Si reconoces tu pecado y pides perdón, habrás abierto la puerta de la sanación interior y, por ende, sanación física. Tras tu confesión vive reconciliado con tu hermano. Purificado de tu pecado crecerán en ti los sentimientos de fraternidad, paz, amor, alegría y generosidad.

Es tiempo para reflexionar

Todos buscamos una sociedad más justa, pero esperamos que el otro cambie. La realidad es que el mal está dentro de mí. Si yo no reconozco esto, nada cambiará dentro ni fuera de mí. Pero si tú cambias, habremos encontrado la llave que abrirá muchas puertas por las que podrán caminar innumerables hermanos.

Llamamos a los ciudadanos del país y del mundo a seguir el camino de las divinas enseñanzas de Jesús, y hacer del amor al prójimo, de la vocación de servicio y de la solidaridad para con todos los seres humanos los valores esenciales que nos sirvan de fundamento en el comportamiento de nuestras vidas.

Oremos y recemos por todos nuestros hermanos que se encuentran en situaciones difíciles, en guerra, depresión, angustia, enfermedad etc. Recemos por esos inocentes que mueren sin conocer el precio de la guerra y el hambre, oremos por nuestros políticos, para que tengan visión de nación, piensen en el prójimo y no en si mismo… Dios le bendiga y proteja.